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Foto del escritorMarelbis Pimentel S

¿Cómo se come el método socrático?

Estoy segura de que alguna vez, consciente o inconscientemente, has aplicado el "Método Socrático". Si, tiene que ver con el antiguo filósofo griego Sócrates. En esta ocasión aplica el razonamiento de aquella Miss que ante la pregunta: "¿Quién es Confucio?"; respondió: "El que inventó la confusión." ¡Obvio!


Al método socrático tambien se le denomina método de indagación, debido a que consiste en hacer preguntas para poner de manifiesto contradicciones y suposiciones erróneas en nuestro razonamiento. ¿Te suena conocido?

Vamos con un ejemplo:

Tú imitando a Sócrates: ¿Qué es la justicia?
Aprendiz: La justicia es cumplir las leyes de una sociedad.
Tú imitando a Sócrates: Interesante. En el pasado hubo leyes que impedían que las mujeres votaran. Entonces, ¿era justo cumplir esas leyes?
Aprendiz: Mmm. Supongo que la justicia va más allá de cumplir las leyes.
Tú imitando a Sócrates: Exacto. Entonces, ¿la justicia se define solo por lo que está legislado? o, ¿Hay algo más? 
Aprendiz: Puede que tenga que ver con garantizar la equidad y los derechos básicos de las personas.
Tú imitando a Sócrates: Bien. Eso nos lleva a otra arista. ¿Quién debería definir qué es un derecho básico y qué es la equidad?
Aprendiz: Quizás la justicia no es algo que se pueda definir del todo, sino que tenemos distintas ideas sobre ella en cada sociedad y momento histórico. Depende mucho de los valores que tengamos.
Tú imitando a Sócrates: Excelente punto. Veamos ahora entonces cómo distintas corrientes de pensamiento han abordado ese concepto de justicia a lo largo de la historia...

De esta manera, con el método socrático, mediante preguntas puedes hacer que tu interlocutor se dé cuenta por sí mismo de sus propias contradicciones. ¡Quizás acabas de notar que tu psicólogo es netamente Socrático!


Probemos el método con el rol de padres:

Padre: Martín, hoy tu profesora me dijo que le pegaste a un compañerito, ¿eso es verdad?
Martín: Sí... Es que él me quitó un juguete y me hizo enojar.
Padre: Ya veo. Dime, ¿te parece que estuvo bien que le pegaras por haberte quitado el juguete?
Martín: No, creo que no estuvo bien.
Padre: ¿Y por qué crees que no estuvo bien?
Martín: Porque le hice daño al pegarle. A mí no me gustaría que me peguen.
Padre: Muy bien, eso es cierto. Imagínate entonces que un amiguito en lugar de pegarte cuando se enoja contigo, viene y me dice lo que pasó para solucionarlo sin violencia. ¿Te parece que eso estaría mejor?
Martín: Sí, es mejor decirle al adulto cuando un compañero me molesta, en lugar de pegarle.
Padre: Perfecto. Entonces, ¿Qué vas a hacer la próxima vez que un amiguito haga algo que no te guste?
Martín: Le voy a decir a la maestra o a ti para solucionarlo sin pegarle.
Padre: Muy bien, ese es el comportamiento que espero de ti desde ahora. Y si tienes alguna duda o necesitas ayuda, aquí estoy para conversarlo.

El método Socrático permite entonces tener conversaciones productivas que lleven a una resolución conjunta de los problemas cotidianos. Puede aplicarse para muchos temas, ya sea para la enseñanza o para nuestro día a día.


¿Te animas a ponerlo en práctica?




Autor

Marelbis Pimentel 

Especialista en optimización de procesos

Directora de Formación en Hyggelink

Co autor de la competencia Resolución de problemas en el libro "Y eso, ¿cómo se come?"

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