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Pensamiento sistémico: Base para un liderazgo efectivo



Tomando como motivación el clásico de la literatura del «management» La Quinta Disciplina (1990) del afamado escritor Peter M. Senge, me animé a enfocarme en esta habilidad cognitiva que me ha ayudado mucho en la resolución de asuntos profesionales y personales desde que tuve contacto con ella, muy transversalmente, desde mis primeros años de universidad, allá por finales de los años ´70.


Peter M. Senge es ingeniero de la Universidad de Stanford que realizó su maestría en Social Systems Modeling en el MIT. Posteriormente completó su doctorado en management y es el director del centro para el Aprendizaje Organizacional del Instituto Tecnológico de Massachusetts.


De acuerdo a las definiciones encontradas, el pensamiento sistémico es una habilidad cognitiva que nos sirve de base para analizar y comprender el funcionamiento de los hechos que ocurren, partiendo del principio de enfocar los mismos en procesos o sistemas que se interconectan de manera compleja.


Ésto, sin duda, es una opción más poderosa y efectiva que tratar de hacer lo mismo dividiendo el hecho en partes individuales y separadas.


Porque cuando consideramos las interacciones y relaciones entre las partes de un sistema, se puede abordar «el problema», o el tema específico, de una manera holística y dinámica, es decir, considerando todos los elementos involucrados, así como su transformación en el tiempo. Eso es esencial para entender las complejidades.


Y ¿por qué es importante que un líder aplique el pensamiento sistémico? Porque cuando desarrolla este hábito de comprender cómo funcionan los sistemas, comienza a pensar de esa manera y desarraiga la idea de que «el mundo está compuesto por fuerzas separadas y desconectadas».

Ésto le permitirá, desde el punto de vista empresarial, construir «organizaciones inteligentes»; y desde el punto de vista personal, resolver los problemas cotidianos desde un nivel superior de responsabilidad, construir relaciones maduras y ser integralmente mejor como persona.


Por otra parte, cuando se entiende cómo los elementos de un sistema están interconectados y cómo esa interconexión influye en la conducta de las personas a lo largo del tiempo (lo que se denomina «estructura sistémica»), verá los fundamentos de los problemas y, en consecuencia, la manera efectiva de resolverlos.


Esta costumbre lo inducirá a tratar los problemas complejos - esos que se le presentan a la mayoría de los líderes – aplicando este enfoque y ayudándolo a tomar decisiones informadas. Ésto hará que pueda resolverlos de manera efectiva; siempre considerando su complejidad global.

Dentro del «argot» relacionado, se habla de arquetipos sistémico a los patrones de comportamiento recurrentes que se repiten por costumbre y pueden generar errores en el comportamiento de las organizaciones.


En tal sentido, actuando como un «pensador sistémico», conociendo los arquetipos y aplicándolos de manera recurrente, podemos identificarlos de manera automática en nuestra mente y actuar en consecuencia, para utilizarlos a nuestro favor.


Buscando en las redes, conseguí alrededor de 20 de ellos. Sin embargo, por la intención de este artículo y siendo fiel al compromiso de ser lo más concreto posible en ellos, voy a listar y explicar brevemente sólo a seis de ellos, con la esperanza que el tema interese a alguno de mis lectores y los induzcan a indagar más al respecto. Será para mi muy satisfactorio que al menos uno de ellos lo haga.


A continuación, procederá a identificarlos y tratar de describirlos de la mejor manera posible. Como indiqué, la intención será crear el interés por conocer más al respecto y no ahondar en cada uno de ellos. Lo importante considero, es inducir a explorar en este conocimiento el cuál hará que, paulatinamente, nos convirtamos en pensadores sistémicos:


1.- Límites del crecimiento: Cuando iniciamos un proceso que crece de manera progresiva en pos de un objetivo planteado, normalmente aparecen «efectos secundarios» asociados a las acciones emprendidas, que restringen ese crecimiento.

En este caso, la sugerencia general es no forzar el crecimiento porque refuerza los «efectos secundarios» sino, más bien, enfocarse en mitigar los mismos.


2.- Soluciones rápidas que fallan: Está relacionado con el arquetipo anterior, con el foco puesto en la inmediatez o urgencia que muchas veces hace que «el remedio sea peor que la enfermedad».


 En este caso, para evitar el «efecto rebote», es decir, aplicar una solución que amplifique el problema en corto tiempo o el «efecto compensador» que surge como restricción o freno a la acción emprendida, se debe considerar darle tiempo a reflexionar sobre las opciones que se planteen como solución.


Por ejemplo, la resistencia al cambio muchas veces surge como consecuencia a la implementación de soluciones tomadas sin considerar los tiempos de maduración de quien debe cambiar.

3.- Desplazamiento de la carga: Cuando surge un problema, a menudo las personas se enfocan en los síntomas en lugar de la esencia del mismo. Las causas son variadas. La dificultad de afrontar la causa real puede ser una de ellas. 


Muchas veces, los síntomas son el aviso de un problema mayor y la solución de éstos muchas veces «enmascara» el problema de fondo y lo potencian en el tiempo. Un tiempo que, a veces, vuelve crónica la situación y dificulta la solución definitiva.


En este caso, la identificación de la esencia del problema es fundamental. La sola identificación allana el camino de la solución definitiva, ya que permite que, aun cuando nos enfoquemos en la solución de un síntoma que pudiera requerir atención urgente, podemos «ganar tiempo» mientras se trabaja en la solución del problema esencial.

4.- Dinámica de la acción colectiva: Se refiere al poder que tienen las acciones individuales en los grupos que se unen con un fin común. Éste se aplica a cualquier actividad en la que la coordinación entre individuos tiene el potencial de lograr ese objetivo; y se puede relacionar con el término sinergia o cómo la suma de las acciones individuales tiene más poder en un grupo que cuando se realizan todas de manera aislada.


5.- Efecto de la reacción en cadena: Se refiere a lo que sucede cuando pequeños eventos pueden desencadenar una serie de consecuencias, a menudo de manera exponencial. Muchas veces se denomina «efecto dominó» y nos invita a estar pendiente, en todo momento, de los eventos aparentemente insignificantes que pueden producir calamidades. Las crisis financieras y las pandemias se comportan de esta manera.


6.- Desplazamiento de la carga hacia la intervención: Se refiere a lo que sucede cuando, sobre todo en sistemas humanos, se interviene para aliviar los síntomas de problemas con una causa esencial, logrando que los integrantes del sistema jamás aprenden a afrontar sus problemas.


En este caso, se sugiere aplicar la máxima que indica: «enseña a la gente a pescar, en vez de darle el pescado». Aun cuando se preste atención a la solución de un síntoma que pudiera requerir atención urgente (como se indicó antes, en el arquetipo relacionado), resulta imperioso enfocarse en el aspecto educativo que permita que los individuos afectados puedan resolver sus propios problemas.


Finalmente, quisiera resaltar el hecho de que cuando aplicamos el pensamiento sistémico en nuestra vida personal y profesional, ya nunca más nos consideraremos separados del mundo, sino más bien. interconectados con él.

Por otra parte, estando conscientes de que los patrones repetitivos de conducta (arquetipos sistémicos) funcionan, independientemente de que los conozcamos o no, debemos internalizar el hecho de que hacernos «pensadores sistémicos» hará una gran diferencia al enfrentar las dificultades futuras que se nos presenten.


De esta forma, nos haremos más responsables de la solución de nuestros desafíos al eliminar la ilusión de que los mismos se deben a «causas externas». Nos haremos conscientes de que nuestras acciones no necesariamente producen consecuencias inmediatas y así participaremos en la búsqueda del Bien Común como base para nuestro propio bienestar.


Gracias por tu tiempo


Autor

Arnaldo González Graterol 

Autor de la competencia Liderazgo de personas y equipos

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2 Comments

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Arnaldo, tu artículo destaca cómo entender las interconexiones de un sistema puede mejorar la toma de decisiones y resolver problemas de manera efectiva. Esto, sin duda alguna, permite a los líderes abordar sus responsabilidades de manera holística, optimizando resultados y logrando un mayor impacto en sus objetivos personales y profesionales. Gracias por tus siempre valiosos aportes.

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Estimado Gustavo. Me encanta que hayas resumido en tan pocas palabras la intención del artículo. Honrado de tu comentario. Saludos

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