Marcos se sentía frustrado. Había sido contratado por sus conocimientos y experiencia en procesos de producción y estaba seguro de que podía hacer grandes aportes a su nueva empresa. De hecho, tenía muchas ideas de mejora. Sin embargo, cada vez que su jefe le asignaba una nueva tarea, le explicaba minuciosamente cómo debía ejecutarla y no escuchaba las ideas que él le proponía. «Marcos, yo aprecio tu interés en aportar nuevas ideas, pero aquí siempre lo hemos hecho de esta manera» –solía decirle. Por supuesto, su motivación era cada vez menor y ya estaba pensando en buscar una nueva oportunidad de trabajo en una empresa donde reconocieran su talento y no fuera un simple peón.
Delegar implica un riesgo porque estás asignando a otra persona una tarea de la cual tú eres responsable. Debido a esa premisa, muchos supervisores temen que el subordinado lo haga de una forma diferente a la que ellos conocen y por eso le indican las actividades que deben realizar. Cuando el supervisado está aprendiendo algo nuevo o tiene pocos conocimientos o experiencia, esta táctica es adecuada porque le estás enseñando. Sin embargo, algunos subalternos tienen conocimientos o incluso poseen más experiencia que el supervisor en un área específica y decirle CÓMO tiene que hacer una tarea puede generarles molestia o frustración. En estos casos, el supervisor debería aclarar qué RESULTADO espera y entonces delegar la actividad.
Es posible que el subordinado ejecute la tarea de una forma distinta a lo habitual. Sin embargo, si el resultado esperado se alcanza con una inversión adecuada de los recursos, el objetivo se logra. Incluso es posible que el subordinado alcance el resultado con una menor inversión de recursos, lo cual significa un avance para la empresa.
Una advertencia: en estos casos debemos estar pendientes de lo que tratamos en el artículo anterior: asegúrate de que la comunicación fue efectiva y ambos están alineados con el resultado que se espera.
Si Marcos hubiera tenido la oportunidad de aplicar sus conocimientos, seguramente habría hecho aportes interesantes a la empresa y su motivación habría aumentado.
Recuerda: Enfócate en resultados. Si el subordinado tiene los conocimientos para lograrlo sin que le digas cómo hacerlo, ofrécele la oportunidad. Muy posiblemente recibirás una sorpresa agradable.
Autor
Gustavo Yepes
Coach. Conferencista. Experto en Gestión del tiempo
Aliado de "Y eso, ¿cómo se come?" en Hyggelink
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